Durante el período de gestación de la mujer, su cuerpo sufre incontables cambios a raíz del embarazo. Y aunque para algunas personas parece ser inusual; lo cierto es que más del 20% de las mujeres durante su embarazo sufren de alguna enfermedad. No solo por los cambios hormonales o desórdenes del sueño, sino por aquellas enfermedades causadas por el mismo embarazo; siendo una de ellas la eclampsia.
Con el fin de educar más sobre los distintos escenarios que se pueden presentar durante esos nueve meses; hoy en Visita Casas queremos tocar el tema de la pre-eclampsia y la eclampsia como tal. Hablaremos de sus 4 etapas, consecuencias y; te daremos consejos muy importantes para que puedas evitarla.
¿Por qué ocurre la eclampsia?
Antes de entrar de lleno en lo que se conoce como un cuadro de eclampsia, la cual se puede dividir en cuatro fases altamente peligrosas; primero se presentan una serie de condiciones que son las que desencadenan esta condición.
Estas etapas tempranas ocurren a causa de un desequilibrio entre el feto y la madre; pero también se puede presentar a causa de una placenta mal formada.
Recuerda que, un bebé es un ser humano con una información genética completamente diferente a la madre. Esta realidad absoluta suele ser algo que olvidan las mujeres embarazadas. Es cierto que tu bebé es tuyo, carne de tu carne y sangre de tu sangre.
No obstante, también posee información genética de una persona adicional; lo cual puede interpretarse de una manera no amigable por parte del sistema inmunológico.
Ejemplo de una situación en la que ocurre la preemclampsia
Para permitir que el feto se desarrolle durante el embarazo; el cuerpo de una mujer embarazada realiza una serie de cambios muy puntuales:
- Modifica la cantidad de sangre en su cuerpo
- Aumenta la elasticidad de los vasos y la piel
- Genera una interface para proteger al bebé, la placenta
La placenta es crucial para el desarrollo del bebé, gracias a ella; el sistema inmunológico de la madre no ataca al feto, que en resumidas cuentas es un agente extraño al cuerpo de la madre.
Además, una de las circunstancias donde es el sistema inmunológico del bebé el que ataca a la madre; es cuando el tipo de sangre del feto es positivo mientras que el de su madre es negativo.
Por supuesto, gracias a la presencia de la placenta entre el cuerpo de la madre y el feto; esta clase de ataques no se producen.
El problema se presenta cuando la placenta no se desarrolla bien
Durante los primeros tres meses del embarazo, el desarrollo de una placenta grande y fuerte es lo más importante; cuando este proceso falla, comienzan a ocurrir los problemas.
A medida que el feto crece, la demanda de sangre es mayor. Si la placenta que se generó es buena; el bebé no sufrirá ningún tipo de incomodidad y, la nueva cantidad de sangre en el cuerpo de mamá, será más que suficiente.
Pero cuando la placenta no es buena, el bebé enviará señales a la placenta para que el cuerpo de la madre envíe más sangre. Esto no significa que el cuerpo de una embarazada produzca más sangre de la nada; pero sí aumenta la presión.
En este punto, la madre sufre un cambio contrario al termino vaso dilata, es decir; se vaso constriñe. Pues, al aumentar la presión de sangre para que así llegue más a la placenta; esto debería solucionar el problema, pero en realidad comienza un círculo vicioso que deteriora a la placenta y a la madre.
Es aquí donde comienza la pre-eclampsia
Lo primero que ocurre es que la placenta, para protegerse; se vuelve más dura, se comienza a calcificar. Conforme se calcifica, disminuye la circulación de sangre. Lamentablemente, el bebé percibe una disminución en la llegada de sangre; por lo que nuevamente envía las mismas señales, y se repite el ciclo de calcificación.
Pero la presión de sangre no aumenta únicamente hacia el bebé, el efecto colateral es que también aumenta hacia todo el cuerpo de la madre; incluyendo el cerebro. En ese momento de tan gran hipertensión arterial; causando que se inflame el cerebro.
Dolores de cabeza, visión borrosa, zumbidos en los oídos, salida de sangre por la nariz y una sensibilidad al dolor aumentada; todo este cuadro es una gran alerta de pre-eclampsia. El paso cero antes de la eclampsia.
Etapas de la eclampsia, desde convulsiones hasta la muerte
Conocida también como crisis epilépticas, la gravedad de estas convulsiones suele variar según la semana del embarazo en que se encuentre la mujer.
Etapa uno
A menos de que la mujer esté consciente en esta etapa, generalmente se ignora. Y es que, en la etapa número uno; la madre simplemente percibirá como se le van los ojos hacia arriba y simultáneamente se moverán los músculos de la cara y de la mano.
Etapa dos
Es aquí donde las convulsiones se hacen más violentas. Los dientes comienzan a chirriar, los brazos y las piernas se pondrán rígidos, podría morderse la lengua y; tanto el rostro como las manos que estaban moviéndose, ahora se cerrarán fuertemente. En esta etapa, la mujer también experimentará pérdida de aliento por aproximadamente 30 segundos.
Etapa tres
Estas son las convulsiones más similares a la epilepsia. Los músculos se mueven violentamente mientras la saliva empezará a aparecer. Pasarán dos minutos de esto antes de que pare y luego vendrá el coma, o el daño en el corazón.
Etapa cuatro
Luego de una crisis de convulsiones. Si la madre no muere, entrará en un estado de inconciencia profunda. Esto puede persistir por horas, o pasar rápidamente. Es tan incierto como un coma.
Claro que, antes de llegar si quiera a la pre-eclampsia; tú en conjunto con las evaluaciones que hace tu médico, deberían percatarse del malfuncionamiento de la placenta y actuar rápidamente.
Recuerda que, la pre-eclampsia es un severo caso de hipertensión en el cuerpo femenino luego de que este ha cambiado para e bebé; pero tal hipertensión afectará a otros de tus órganos igual que afectan a un hipertenso.
Consecuencias de la pre-eclampsia
Comenzando por la etapa cero. Este nivel de hipertensión en el cerebro puede causar (sobre todo en conjunto con las convulsiones si ya hablamos de un caso de eclampsia avanzado) una hemorragia cerebral.
La explosión de un vaso sanguíneo en el cerebro es más que probable en una mujer que no presta atención a los primeros síntomas de eclampsia; y recordemos que el 20% de las embarazadas desarrollan este cuadro.
Otra grave consecuencia es la coagulación interna. La entrada excesiva de sangre en los riñones y en el hígado; desgastan el sistema de coagulación, lo que desemboca en el síndrome de HELLP. Cabe destacar que, el síndrome de HELLP puede ser muy difícil de diagnosticar; por lo que nuevamente es importantísimo prestarle atención al resto de los síntomas.
Esta última situación entra en el rango de las emergencias de obstetricia. Por esa razón, desde el primer trimestre del embarazo se deben acudir a las evaluaciones. Vigilar la correcta formación de la placenta es crucial para garantizar la vida de la madre y del bebé.
Principales riesgos durante la eclampsia
Al igual que a toda persona que sufre de epilepsia, las crisis de convulsiones pueden ser mortales si la persona va conduciendo, bajando unas escaleras o; simplemente viendo televisión en casa.
No obstante, una persona epiléptica vive precavida, en constante alerta; no solo toman un tratamiento para evitar las convulsiones, sino que parte de la ayuda familiar y de amigos es nunca dejar sola a esa persona.
Para una mujer embarazada es diferente, estos cuadros de convulsiones pueden no tener antecedentes en ella ni en su familia; pero aun así ocurren sin previo aviso. Recuerda que todo se debe a una mala formación de la placenta durante el embarazo.
Y, es por esta mal formación que aparece otro gran riesgo; puesto que las convulsiones son violentas, durante la labor de parto e incluso antes, la mujer puede sufrir un desprendimiento de placenta.
No es una condición que ponga en riesgo una sola vida, son dos vidas las que corren peligro; de allí que sea tan importante chequear la salud de las mujeres embarazadas a lo largo de todo el período de gestación.
Tratamiento de la pre-eclampsia
Como podrás ver, no estamos hablando en este punto de evitar o controlar el paso uno o dos de la eclampsia; directamente se debe evitar sufrir un cuadro de pre-eclampsia para poder disfrutar de un embarazo sano.
Por ello, a continuación nombraremos las primeras y más importantes que toda mujer debe tener para evitar llegar al punto de riesgo.
Evitar el descontrol hemodinámico
Muchas veces se cree que una mujer que luzca gordita durante el embarazo, está sana. No solo porque se ve radiante; sino porque se asume que en su cuerpo están todos los nutrientes necesarios para el bebé.
Esto es una creencia errónea, razón por la cual los médicos vigilan el peso de las embarazadas. En realidad, aumentar 7 kilos durante el embarazo es el rango de incremento de peso idóneo. Así se evitarán problemas de circulación en todo el cuerpo, lo que reduce enormemente la aparición de una pre-eclampsia.
El mejor tratamiento es un diagnóstico temprano
Las presiones que se manejan en una mujer embarazada durante un cuadro de pre-eclampsia, van desde los 120 hasta los 180. Esto es clara señal de un problema, puesto que durante el embarazo la mujer se vaso dilata de forma natural.
Al poseer más sangre y con presiones de 60 a 110; se sucede un suministro de sangre más que idóneo en la placenta y una buena comunicación entre el feto y la madre. Por ello, presiones altas requieren de un chequeo completo a nivel de obstetricia.
Una presión en el rango de 90 a 130, ya es un signo claro de pre-eclampsia.
No aumentar más de peso
Verduras y frutas es algo que debe evitarse durante la pre-eclampsia. Como ser humano, debes comprender que un bebé está hecho principalmente de músculos, por esa razón; la dieta de una embarazada debe centrarse principalmente en proteínas.
El alto índice glicémico de los jugos y dulces no aporta nada al embarazo, por el contrario; generan un incremento en las reservas de los depósitos de grasa en la mujer. Esto lleva a un descontrol hemodinámico y a que otros órganos deban trabajar más de lo necesario.
Trabajar en conjunto con los especialistas
Cuando ya es claro el caso de pre-eclampsia, es necesaria una evaluación de todos los órganos de la mujer. De allí en adelante, lo importante es evitar una tendencia a la alza de la presión arterial.
Acude a un nutricionista, tu obstetra y un intensivista; de esa forma, tendrá toda la información necesaria para tratar correctamente tu caso. Recuerda que tanto tu vida como la tu bebé estarán en juego durante el embarazo. Algo tan simple como una dieta sana y balanceada pueden marcar una gran diferencia; así que no siempre satisfagas todos los antojos que puedas tener.