Sea rápido con las alabanzas
Cada vez que se sienta bien con respecto a su hijo, mencióneselo. Los padres son a menudo rápidos para expresar los sentimientos negativos que sienten por sus hijos, pero no poseen la misma velocidad para describir aquellos positivos. Un niño no sabrá cuándo usted se siente bien con él a menos que se lo diga. Necesita oír de usted que disfruta teniéndolo en la familia. Los chicos recuerdan las cosas positivas que les decimos. Las guardan y se repiten estas cosas a sí mismos. Comprométase a ofrecerle a su hijo palabras de apoyo todos los días. Busque situaciones en las que su hijo esté haciendo un buen trabajo, esforzándose mucho, intentando un nuevo desafío, sobreponiéndose a una dificultad o demostrando un talento.
Exagere
Sea generoso con sus alabanzas. Utilice lo que se llama alabanzas descriptivas en lugar de los típicos «buen trabajo». Por ejemplo, durante una reciente clase de natación mi hijo debía nadar un largo en la pileta. Tenía miedo y creía que no podría hacerlo. Una vez que lo logró, le dije que estaba orgulloso de él por dos razones. Una, por haber intentado a pesar de tener miedo, y dos, por haber logrado el objetivo.
Tres recomendaciones adicionales que siempre funcionan
1. Haga pequeños cambios en la rutina o estrategia antes de que tenga que hacerlos en su esfuerzo. Por ejemplo: supongamos que usted recompensa a sus hijos con pizza al final de una semana de buen comportamiento. Y supongamos que usted tiene la sospecha de que sus hijos están respondiendo más al efecto de la novedad y no porque realmente han interiorizado la pauta. En lugar de tirar a la basura e intento, pruebe haciendo pequeños cambios en su rutina pactada y con eso confirmará o no su sospecha. Por ejemplo, lo que puede hacer es cambiar el tipo de recompensa que les da al final de la semana, y en vez de pizza, puede darle s elegir el menú que desean para los viernes. Esto le permitirá poner a prueba la consistencia de los resultad que va obteniendo.
2. Si estos pequeños cambios no resultaran, entonces si es hora de intentar con un nuevo método de abordaje, teniendo siempre presente lo mencionado anteriormente.
3. Finalmente, sea lo suficientemente humilde como para saber admitir si necesita ayuda profesional, ya sea de un terapeuta o un asesor de padres. Debe ser cuidadoso a la hora de contratar a alguien, ya que el tipo de profesionales y su formación pueden variar enormemente, no siendo cualquiera el mejor para su familia. Por ejemplo, algunos profesionales recomendarán de primera mano, la administración de algún tipo de medicamento para su hijo en caso de que tenga problemas de comportamiento. Usted tiene derecho a no ceder frente a tales sugerencias. Escuche su propia intuición. No importa cuán bien intencionados sean estos profesionales, a veces simplemente no parecieran dar con el blanco. Por lo que si el primer terapeuta que contrata no pareciera ser el indicado, no dude en intentar con otro con un enfoque distinto.
Nota: existen algunas organizaciones con profesionales que pueden ayudarlo a encontrar un buen terapeuta de ser necesario. Las mismas cuentan con una basta lista de recursos para ayudar a las familias en apuros. Tenga este dato presente en caso de que sienta que los problemas son demasiados grandes y que los mismos exceden todo lo que cree poder hacer para resolverlos.
Por último, apele al sentido común. Puede que esto suene extraño, pero la realidad es que no importa cuán profesional sea la ayuda que busque o la cantidad de libros que lea así como a cantidad de foros de los que participe, al final, el que tome las decisiones será usted. Usted es el responsable, le guste o no. Por eso ponga en práctica sus propios recursos y siempre proceda con alerta y cuidado.