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Consejos esenciales para balancear el trabajo y el hogar

La mayoría de las personas, sobre todo cuando tienen niños pequeños, encuentran difícil balancear la vida profesional, es decir, sus trabajos; de su vida en casa. De alguna forma ambas comienzan a intervenir de manera negativa en la otra constantemente hasta el punto en que todo se sale de control.

Es cierto, que en las parejas jóvenes, esta situación resulta ser más que nada una prueba de amor: Amor a tu profesión, amor a ti mismo y amor a tu pareja. Para ambos es una experiencia incómoda muchas veces pero, cuando se quiere un futuro brillante, hay que trabajar duro por él.

Sin embargo, ¿qué sucede con esa pareja que después de muchos años sienten que vuelven a atravesar lo mismo, y ésta vez con los niños de por medio? De eso hablaremos en este artículo, no de los inicios de una relación, sino cuando los pilares de la familia se tambalean a causa de la ausencia.

Aprende a equilibrar el trabajo y el hogar

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“A causa de la ausencia” esta última frase es la que debemos solucionar a toda costa. Cuando se tiene una familia que en realidad no siente ni vive nuestra presencia, la verdad es que para ellos, es como si día a día nos desvaneciéramos.

El problema de la dependencia

La dependencia hacia papá o mamá es algo que no es sano, y de la misma forma, que nuestros hijos o pajera no acudan a nosotros porque de antemano saben que “no vamos a estar allí para ellos”, es igual de grave.

Cuando comienzan a aparecer problemas en el núcleo familiar a causa de la ausencia física y emocional, las señales de auxilio que nos dan los miembros de nuestra familia son más que claras. Si no eres capaz de apreciarlas porque tan ensimismado te encuentras en tu trabajo, entonces, esas mismas señales, también te las va a dar tu cuerpo.

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Para poder hallar un equilibrio entre el trabajo y el hogar debemos tener dos cosas en claro: lo primero es la salud y la familia. Ambas están en el primer lugar, el primer peldaño de prioridad siempre tiene que ser una disputa entre esas dos cosas.

Es cierto que el trabajo es necesario para asegurar el bienestar de nuestra familia, pero: ¿En verdad vale la pena desgastarse física y mentalmente en un trabajo hasta el punto de comprometer nuestra salud para poder llevar el sustento? La respuesta es no. Sin salud, simplemente no vas a poder seguir yendo al trabajo. Sin salud, lo más seguro es que tu rendimiento se vea afectado hasta el punto en que tus jefes en el trabajo decidan prescindir de ti por “un modelo más fresco y moderno”.

Poniendo todo en la balanza

Por otra parte: ¿de verdad vale la pena estar 14 y hasta 16 horas en un trabajo para garantizar el bienestar de nuestra familia? Al igual que antes, la respuesta es no. Si inviertes 14 horas a trabajar y 8 horas para dormir, tendrás entonces sólo 2 horas al día, de las cuales, lo más seguro, no dedicarás ni un minuto a tu familia. Llegará entonces el punto en que te digas “lo hago por mi familia” y las personas te dirán ¿cuál familia? Pues ellos ya no estarán allí; los habrás perdido.

Cuando nosotros, como profesionales, amamos lo que hacemos; el equilibrio viene sólo a nuestras vidas. El mejor de los escenarios posibles, es que te desempeñes a nivel profesional en tu vocación, muchas veces le dedicarás gran parte del tiempo, pero definitivamente tu familia disfrutará más que suficiente de ti.

Por otra parte, cuando te levantas para ir a un trabajo el cual tienes para poder pagar el costo de la vida; factores como el cansancio, desgane y falta de atención, comienzan a filtrarse a los otros aspectos de tu vida. En estos casos, sin importar la situación en que te encuentres, te puedo asegurar que lo mejor es renunciar a ese trabajo. Conseguirás algo mejor.

Puede que parezca una locura el consejo que te acabo de dar pero confía en mí. Yo he estado en esa posición. Para poder lograr un equilibrio entre el trabajo y el hogar, lo importante es:

  • Trazarte metas: Ya sean metas a corto o largo plazo, es necesario que hagas un compromiso contigo, un compromiso el cuál harás viendo la foto de tu pareja, de tus hijos, de tu familia. Esa foto que tienes en la cartera o en el escritorio de la oficina. Si vas a hacerlo por ellos y por tu trabajo, entonces comprométete con pequeñas cosas primero, como dejar de faltar a sus eventos importantes, olvidar aniversarios, llegar a casa antes de que todos se acuesten a dormir. Comienza por esas primeras cosas y ve avanzando.

  • Saber pedir disculpas y manejar la culpa correctamente: Pues tristemente no siempre podrás llegar a tiempo, sin embargo, lo importante es llegar. Durante tu horario de jornada laboral haz lo mejor que puedas para no tener que permanecer más tiempo del necesario en el trabajo, cumple tu horario sin olvidar que tienes una hora de entrada pero también una hora de salida.
  • No te lleves el trabajo a casa: Inculca a tu familia que, mientras estés trabajando, necesitas concentrarte y atender cosas muy importantes; evita al máximo distracciones familiares, marca bien los límites. Deja la línea disponible para emergencias y aclara que tú serás quien los llame durante tu horario de jornada laboral. A cambio, regálales toda tu atención durante la cena, viendo T.V. o cuando decidan realizar una salida familiar.

Pero sobre todo, aprende a ordenar tus prioridades. Con esto me refiero a lo que anteriormente comenté: la salud y la familia van primero. Si en algún momento (y ojalá nunca pase) llegaras a tener un accidente, no van a ser tus jefes o subordinados los que van a estar allí, al pie de la cama del hospital durante los días y las noches que te tome mejorar. La familia es lo más importante porque sólo ellos nos aman y nos aceptan como somos sin cuestionarnos.

Es cierto que a veces la cantidad de responsabilidades que debemos atender son tantas que simplemente nos agobian, lo mejor que puedes hacer en esos casos  es realizar un cronograma. Las labores de la casa deberían realizarse en familia, asignar responsabilidades tanto en el trabajo como en el hogar es algo que las personas con prioridades claras hacen a diario.

Atención a nuestra pareja

No permitas que tu pareja tenga que lidiar con más responsabilidades que tú y viceversa, los niños más grandes, deberían comenzar a ser responsables de actividades menos delicadas pero igual de importantes, que cada engranaje de la familia se sienta relevante y que aprenda la importancia de cumplir con sus obligaciones, sólo así lograrán sacar tiempo para poder pasarlo juntos.

Una vez aprendes a hacer esto en casa, aplicarlo en el trabajo será algo natural para ti y, cuando comiences a aplicarte en el cronograma, no sólo realizando tus actividades y cumpliendo con tus responsabilidades sino también velando porque los demás cumplan con las suyas, en ese momento, tu hogar y tu trabajo entrarán en perfecta armonía. Pero lo más importante de todo es que, no estarás ausente, hacerte sentir como una autoridad, un líder que ayuda a que los objetivos se cumplan, no sólo es la mejor manera de recordarle a las personas que estás allí, también es la mejor manera de hacerse un puesto esencial en la vida de las personas que te rodean, tanto en casa, como en el trabajo.

Referencias

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Sobre el autor

Nilda Nora

Soy Nilda Nora y me gusta escribir sobre decoración de interiores. Si quieren contactarme o tienen alguna consulta que hacerme, aquí debajo tienen mis redes sociales.

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