En el este artículo encontrará algunas reflexiones relacionadas con el maravilloso mundo de la paternidad. La verdad es que hay tantos estilos parentales como cantidad de padres. Sin embargo, los expertos creen que los estilos parentales pueden agruparse dentro de cuatro grupos: padres autoritarios, padres indulgentes o permisivos, padres con autoridad y padres desinvolucrados o negligentes.
Examinemos cada uno más de cerca. El primero es el estilo autoritario. Estos padres son como comandantes del ejército. Prefieren dar órdenes a sus hijos y esperan que los mismos las cumplan sin cuestionar. Este tipo de padres no están muy abiertos al intercambio con sus hijos. Viven de acuerdo a normas preestablecidas y a una rutina estructurada. Los hijos de los padres autoritarios por lo general no suelen tener un talante feliz así como una autoestima sólida. Los varones suelen tener conductas hostiles fruto de la baja tolerancia a la frustración y las niñas suelen darse por vencido fácilmente cuando se enfrentan a alguna dificultad. Por otro lado, tanto niños como niñas suelen tener un mejor rendimiento escolar debido a la disciplina con la que fueron criados.
El Segundo estilo parental es el indulgente o permisivo. Estos padres por el contrario son mucho más receptivos y compasivos. Permiten todo tipo de comportamientos a sus hijos, incluso aquellos que otros considerarían inmaduros. Básicamente dejan que sus hijos decidan todo y se cuiden a sí mismos, para no tener que confrontarlos. Este tipo de padres puede describirse como “no directivos” o “democráticos”. No directivos significa que casi no toman parte en los asuntos de sus hijos con indicaciones o mandatos. Los padres democráticos por su lado, son aquellos un poco más consientes de su responsabilidad y muestran cierto compromiso y se involucran más en las cosas de sus hijos.
El tercer tipo de estilo es el que corresponde a los padres con autoridad. Estos padres son tanto demandantes como responsivos. Los padres con autoridad le exigen a sus hijos un tipo determinado de comportamiento y modales, pero no se imponen de forma autoritaria y están abiertos al diálogo a y ciertos cuestionamientos de parte de sus hijos. Este estilo resulta de la combinación de un comportamiento asertivo junto con la habilidad de responder y recibir empáticamente las respuestas de sus hijos. Los hijos de estos padres suelen ser alegres y llenos de vida y con una mejor autoestima. Tienen una mayor confianza en sí mismos y en sus recursos. Demuestran un mejor control de sus emociones así como una mejor adaptación a los entornos sociales. En cuanto a los estereotipos propios de cada género, encontramos que los hijos de estos padres no suelen tener problemas ya que los mismos suelen ser más abiertos sobre el comportamiento de sus hijos, por ejemplo respecto a los varones jugando con muñecos y las niñas con herramientas.
Por último, tenemos el estilo parental conocido como desinvolucrado o negligente. Como el nombre lo sugiere, estos padres simplemente no se involucran. No son ni demandantes ni responsivos con sus hijos y no demuestran interés en lo que éstos le puedan decir o pedir. Estos padres son más propensos a adoptar conductas irresponsables e incluso negligentes para con sus hijos.
Esperamos que la información expuesta le haya resultado de ayuda y que lo haya motivado a seguir buscando otros artículos relacionados en Internet.