Por mucho tiempo ha existido la discrepancia entre dos facetas: crianza versus genética, ¿hasta qué punto la herencia genética de un niño puede influenciar y moldear su forma de ser, su comportamiento? Sí es cierto que ya de por sí los genes influencian mucho el aspecto físico ¿pero acaso es sólo exterior?
Crianza versus genética es un tema muy delicado según el entorno en donde se lleve a cabo la conversación. Para los padres que buscan adoptar y para los mismos niños adoptados, por ejemplo; puede llegar a ser la razón por la cual se consuma la adopción o no. Incluso, en países desarrollados en los que existen otros tipos de racismo distintos a los que nosotros estamos acostumbrados en Latino América; a las personas se les llega a discriminar por su tipo de sangre.
Es por ello que hoy en Visita Casas queremos profundizar mucho en este tema sobre hasta qué punto los genes influencian el comportamiento de un niño y; sobre todo, desde qué punto dichas influencias (si es que sí existen y son tan fuertes) comienzan a ser tan notables que no se pueden negar.
Genes, evolución y conducta
Antes de entrar de lleno en por qué aun hoy en día existe el llamado debate artificial de Genética vs. Conducta; primero debes analizarlos a ambos por separados. Si entráramos de lleno en el ojo del huracán, de seguro que terminaríamos tan confundidos y puede que hasta molestos; como lo están los psicólogos y genetistas que defienden sus posiciones tan fervientemente.
La herencia entonces, para poder entenderla desde ambas perspectivas y poder comprender como ellas ven la influencia de las mismas en la:
- Interacción
- Capacidades
- Personalidades
- Conductas
Las dividiremos en dos grupos; para luego poder sacar nuestras propias conclusiones apoyándonos en investigaciones y nuestras propias experiencias con niños de distintos niveles; llegando justo antes de la pre-adolescencia, que es cuando el individuo desarrolla una completa percepción de quien es y quien quiere ser.
Genética Conductual
El primer punto de vista es el de los genetistas; siendo la genética conductual la que explica esas diferencias de cada individuo en lo que respecta a conducta y pensamiento.
Psicología evolutiva
Por otro lado, abordaremos la psicología evolutiva; aquella que se enfoca en las raíces evolutivas de las conductas y sobre todo los procesos mentales que comparten los seres humanos.
Genética
Los genes son transmitidos de un individuo a otro a través de los cromosomas, aunque los descendientes no son copias de sus progenitores; existen rasgos que se repiten de una generación a otra y estos patrones que siguen para replicarse son predecibles. Al momento de la fertilización, los cromosomas de la madre (en el óvulo) se unen a los del padre (en el espermatozoide) y forman una nueva célula llamada cigoto.
Este único cigoto se divide por proceso de segmentación de manera exponencial apenas pasadas las primeras treinta horas de la fecundación hasta formarse el embrión el cual tiene 46 cromosomas.
¿Por qué es tan importante recalcar esto? Pues verás, dentro de cada cromosoma existe una molécula principal denominada acido desoxirribonucleico (ADN); molécula que tiene un patrón de doble hélice en el cual se trenzan dos cadenas, esta cadena se replica así misma con la división de cada célula; y dentro de cada porción de ADN va un gen, un pequeño segmento que contiene instrucciones para un rasgo específico.
Cada uno de los 46 cromosomas (que forman 23 pares, en los seres humanos) contiene miles genes ubicados en posiciones específicas. Para “construir” un ser humano, se necesitan alrededor de 300 mil genes.
Entonces, ¿retirando, reacomodando, estimulando o inhibiendo la funcionalidad de ciertos genes se puede modificar la conducta determinada de una persona? De ser así, ¿se puede saber de antemano, si se tienen todos los datos exactos, qué tipo de persona en un futuro será un bebé sólo por la configuración de sus genes?
Esas son las dos preguntas que la genética debe ser capaz de responder de forma afirmativa primero, para poder comenzar a “diseñar” a los seres humanos del futuro; y para responder la pregunta principal de este artículo. Así que abordemos el primero de los escenarios.
Manipulando la conducta a través de los genes
Para poder establecer si es posible manipular el comportamiento de las personas influenciando directamente en sus genes, primero pongamos especial atención a las palabras de Dean Hamer, genetista de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU.
“En mi laboratorio analizamos los genes que regulan la personalidad. Uno de ellos se llama gen de receptor D4 de la dopamina, y controla la dopamina que se libera en el núcleo accumbens del cerebro. Se descubrió de una manera muy singular. Teníamos ratas con electrodos implantados en el cerebro, cada vez que las ratas se acercaban a la reja de la jaula recibían una descarga; todas las ratas salían huyendo al centro de la jaula, todas excepto una.
Cuando analizamos qué estaba pasando, descubrimos que el electrodo de la rata estaba implantando en el núcleo accumbens y liberaba dopamina cada vez que recibía una descarga produciendo la sensación más placentera de todas; la rata prefería recibir la descarga antes que comer, beber agua, aparearse; incluso antes que salir de la jaula”.
El gen d4 que libera dopamina está relacionado intrínsecamente al nivel de felicidad que experimenta una persona a lo largo de su vida. De la misma forma, el doctor, científico y divulgador Dean Hamer; también dio con el gen que está vinculado a la ansiedad, depresión, aburrimiento, y muchas otras emociones negativas.
Alega que funciona muy similar al medicamente Prozac; las personas más felices, se puede decir que tienen los niveles de actividad de este gen muy alto, no obstante; también los influencia en otro aspecto: el líbido. Llegando así a la conclusión de que las personas que tienden a ser un poco más amargadas; mantienen con más frecuencia relaciones sexuales. Entonces, ¿los genes determinan la personalidad del individuo y no se puede hacer nada al respecto?
Psicología Evolutiva
Antes de sacar conclusiones analicemos la otra cara de la moneda. Los psicólogos han establecido; y no desde ahora sino desde hace mucho tiempo atrás, que la personalidad no está definida por los padres sino por la suma del aprendizaje de todas las experiencias del individuo. Pero entonces, ¿qué son todas esas similitudes en el carácter de los hijos y los padres? ¿cómo llaman a eso? En estos casos, a lo que las personas realmente se refieren no es a la personalidad sino al temperamento.
Dicha afirmación fue hecha y elaborada con más detenimiento por Hipócrates; el cual también aseguró que el temperamento de una persona no es modificable y está predeterminado por sus genes. Pero así mismo dijo que toda personalidad es moldeable.
También dividió al temperamento en cuatro grupos, es decir; toda persona que nace tendrá uno de los siguientes temperamentos pues los ha heredado genéticamente:
Sanguíneo
Son personas rápidas y equilibradas en su manera de pensar. Suelen ser personas extrovertidas y que manifiestan una alta flexibilidad a los cambios. Disfrutan de la vida siempre que pueden y son receptivos por naturaleza.
Flemático
Son equilibrados, pero carecen de esa sensibilidad que posee el sanguíneo. Poseen una gran capacidad de concentración, introvertidos y tranquilos. Son personas que casi nunca se enfadan y tranquilas, aunque no les gustan los cambios.
Melancólico
Poseen un alto E.Q, gran capacidad de atención, concentración y también presentan cierta inclinación hacia la tristeza. Son personas abnegadas, perfeccionistas y analíticas. Sin embargo, tienen cambios emocionales muy bruscos y aunque no salen a socializar de forma extrovertida; son buenos para entablar conversaciones amenas.
Colérico
A pesar de adaptarse bien a los cambios, ser prácticos en sus decisiones y autosuficientes; son desequilibrados, por lo que no reconocen de forma intuitiva los posibles escenarios adversos o fructíferos ante los proyectos que se proponen. Ambiciosos por naturaleza, se fijan metas altas; pero no siempre las cumplen.
Así mismo, en la actualidad, y tras muchas investigaciones y evaluaciones a grandes grupos de personas; se han determinado dos temperamentos adicionales.
Naturalista
Se sienten identificados con el mismo sexo y en sus relaciones tienden a ser dominantes, agresivos y elocuentes. Es un temperamento que parece desarrollarse o definirse en la etapa temprana del crecimiento.
Temperamentos combinados
Decir que una persona está enjaulada en su propio temperamento es algo que se considera erróneo. Las categorías de temperamentos muchas veces son auto excluyentes; una persona no puede ser introvertida y extrovertida al mismo tiempo.
Es por ello que se ha llegado a la conclusión de que las personas poseen un temperamento dominante; pero a su vez tienen uno o más temperamentos complementarios/secundarios. Aunque estos casi siempre se ven menguados, en situaciones extraordinarias pueden salir a flote sus características; dejando de lado al temperamento dominante.
¿Significa esto que los genes sí determinan el comportamiento de una persona?
El temperamento se mide o se ubica en los estudios analizando el sistema nervioso, la forma en que está “configurado” nuestro organismo se debe a la manera en que esas células, cromosomas, cadenas de ADN y grupos de genes se desarrollaron.
Sin embargo, afirmar que una persona se comportará a lo largo de su vida de cierta forma porque su temperamento (que es el que está determinado en nuestro ADN) sea uno en específico; esa es una afirmación errónea. Se pueden esperar ciertas tendencias ante ciertos escenarios, no obstante, el resultado del individuo como tal puede ser extremadamente distinto a lo que dicta su temperamento.
Las personas temperamentales y que actúan impulsivamente son un claro ejemplo de que los genes afectan el comportamiento de una persona. Pero, si a esa persona se le explica y se le inculca controlar su temperamento; sea introvertido o extrovertido, controlado o volátil; podrá reaccionar de una manera totalmente distinta a la que se podría esperar.
Esa capacidad de auto control no viene dada por la cualidad de un temperamento siempre. Muchos rasgos se aprenden, se practican y se desarrollan. Los adultos que practican deportes de artes marciales, muchas veces deben “recordar” cómo ser agresivos nuevamente para poder defenderse en una situación crítica.
O mejor sea dicho, deben desaprender lo que han moldeado en sus personalidades debido a los años de paz y de nunca necesitar pelear o defenderse; esos rasgos que se arraigan al individuo son la personalidad. Por ello una persona tranquila puede tener un temperamento muy volátil y, sin embargo, nunca demostrarlo.
Claro que para llegar a ese estado de autocontrol se necesitan años de prácticar la tolerancia, pero los genes de una persona siempre jugarán un papel muy importante en la forma en que actúan frente a ciertos escenarios de la vida. Aquí te dejamos un video donde se profundiza aun más el tema.
Referencias
En qué consiste la Psicología Conductual
Diferencia entre TEMPERAMENTO, CARÁCTER Y PERSONALIDAD
¿De tal palo tal astilla? Genética y herencia criminal