La World Wide Web ha vuelto al mundo una comunidad global. Ya no hace falta siquiera gastar en una llamada telefónica para enviar lo que sea dentro de la ciudad, dentro del país, o incluso a cualquier otra parte del mundo. Todo lo que se necesita es una conexión a Internet y una forma de efectuar el pago.
Puedes ordenar el envío de prácticamente cualquiera cosa que puedas comprar en una cuestión de minutos. Pero, ¿es seguro utilizar floristas en línea para enviar flores? Uno piensa que el principal problema es la seguridad del pago online, y existen algunas precauciones que podrás tomar para realizarlo de la forma más segura posible. Sin embargo, cuando se trata de la mercancía en sí, son muchas las cosas que se escapan de nuestro control pues entra en juego el factor humano; si tienes dudas con respecto a este tema, sobre todo con las fechas románticas tan cerca en el calendario ¡este artículo es el indicado para ti!
Flores. Un material delicado, un tema delicado
Antes de comenzar propiamente con el tema en cuestión, quiero aclarar algo. A nosotros aquí en Visita Casas nos gusta dar consejos útiles, a ustedes nuestros lectores, para que los ayuden a alcanzar la solución definitiva a su problema, nos gusta ser parte de esa solución que tú mismo aplicaste en tu hogar pues nos haces sentir parte de tu vida; como si en verdad te hubiéramos acompañado físicamente en tu casa.
Por ello, considerar la posibilidad de dar una respuesta ambigua es algo que no entra en nuestro abanico de opciones, así que, de antemano, te pido disculpas por las respuesta que te voy a dar ¿Es recomendable comprar flores por internet? Bueno, sí y no.
¡¿Pero qué clase de respuesta es esa?!
En general, el mundo de las compras online no es algo que como consumidores veamos por lo que realmente es, lo vemos por lo que realmente somos.
¿Qué significa esto realmente?
Pues que el World Wide Web, así como la ciudad y como el Amazonas, es simplemente otra jungla más. Te explico el primer escenario. Está el sujeto que considera el acto de regalar flores un ritual muy personal, ver en el rostro de esa persona la expresión de sorpresa cuando revela el ramo de rosas o lilas que mantenía escondido a su espalda, es parte de la experiencia de comprar las flores, de regalar las flores ¿cómo es entonces concebible si quiera enviarle esas flores a alguien por internet? Ese es, por llamarlo de una forma, nuestro sujeto “A”.
Luego tenemos al sujeto “B”; una persona que lleva un estilo de vida tan agitado que pareciera a veces que 24 horas no son suficientes ¡mucho menos lo son 7 días en una semana! Que exista la posibilidad no sólo de comprar sino de enviar a un ser querido un detalle tan hermoso como un ramo de flores sin tener que descuidar sus obligaciones, ¡resulta simplemente maravilloso! ¿Cómo odiar la alternativa de poder enviar el regalo de San Valentín a esa persona especial que está a kilómetros de distancia y que físicamente no puedes ir a ver por falta de tiempo o dinero, o ambas?
Todo Depende del Cristal con el que se Mira
Tanto nuestro amigo “A” como nuestro amigo “B” tienen razón, entonces, ¿ambos están equivocados? Por eso desde un principio advertí que la respuesta era ambigua.
Sin embargo, para poder saldar tu duda (y la nuestra) la verdadera forma de contestar a esta pregunta no es enfocándose en la acción de comprar el producto ¡sino en el producto como tal!
Las flores desencadenan en nosotros una avalancha de emociones y sentimientos gracias a la forma en que estimulan nuestros sentidos del tacto, olfato y vista (y también los otros dos sentidos restantes si nos ponemos creativos) el primer impacto es obviamente visual, ya no es sólo la flor en sí la que nos habla sino también sus colores.
Se pueden regalar flores prácticamente para toda ocasión, para el niño que nace, para el anciano que muere, existen flores para regalar a otros y para regalar a nosotros mismos, esas con las que decoraremos un espacio especial; sus formas y colores nos gritan algo a lo lejos cuando las miramos pero apenas las alcanzamos a entender, sin embargo, cuando las tenemos cerca, las olemos y las sentimos, aquello que nos gritaban ahora lo susurran y nuevamente, apenas las podemos oír al menos que las escuchemos con el corazón.
¿Cómo puede entonces, disminuirse tal experiencia sensorial a una simple elección a través de una pantalla? Simplemente no existe HD que valga para ello. Al menos eso es lo que nuestro sujeto “A” alegaría.
Pero ¿qué hay del hecho que es gracias a esa misma pantalla que podemos sentirnos más cerca de nuestros seres queridos? Programas para vídeo llamadas y fotografías, son en definitiva una experiencia sensorial tan íntima como la descrita previamente ¿qué hay de malo en elegir las flores a través de una pantalla? Nada, según la perspectiva de nuestro sujeto “B”.
Nuevamente volvemos al mismo punto de Sí y No.
¿Existe realmente una forma de escapar a este bucle que parece infinito?
Sí que lo hay, se llama experiencia personal. Hasta ahora hemos leído las opiniones enfrentadas de dos personas que bien podrían o no haber comprado alguna vez flores por internet. No obstante ¿son todas las experiencias iguales? La respuesta obviamente es no.
Si vas con un grupo de amigos a un restaurant y luego enfermas a causa de la comida pero ninguno de tus amigos enferma ¿volverías ir al restaurant? Imagina que todos comieron lo mismo pero tú y solo tú enfermaste ¿irían tus amigos nuevamente al restaurant? Y no olvides la otra posibilidad ¿si tras comer todos lo mismo en el restaurante tus amigos enferman pero tú no, volverías a ese lugar a comer?
No aprendemos por ensayo y éxito, aprendemos por ensayo y error. Así es como las cadenas de comerciantes mejoran, escuchando a sus consumidores, y sólo aquellos que los escuchan realmente y no sólo satisfacen sus necesidades sino que también les complacen sus caprichos se construyen una buena reputación.
Así que, para comprar flores por internet, empieza por buscar un florista con buena reputación. Recuerda que elegirás las flores a través de un catálogo de fotografías previamente tomadas ¿previamente hace cuánto? Esa es la principal pregunta que debes hacerte, si el florista en lugar de una foto tomada hace 10 meses de sus ramos, envía un vídeo en el que te da una perspectiva de las flores desde todos sus ángulos, ese es un comerciante honesto.
Los nombres o mejor dicho: el renombre
En realidad importa mucho, encontrarás conglomerados internacionales de flores llamados “Somos Flores” con un número de contacto del tipo “1-800-Flores”. Encontrarás también algunos nombres conocidos, y pequeñas “compañías” dedicadas a realizar estafas que probablemente no gasten miles de dólares publicitando en televisión e Internet.
Este proceso de selección de la tienda puede parecer engorroso, sin embargo ¿no haces lo mismo cuando sales a recorrer las tiendas dentro de un centro comercial? De vitrina en vitrina, nos lanzamos en una cruzada donde comparamos precios, calidad y marcas. Lo mismo ocurre con las tiendas en Internet.
Un servicio de entrega extremadamente limitado puede ser un signo de que estás tratando con un florista de poca reputación, también pueden ser un indicio ese tipo de promesas como “entregamos en menos de una hora” en todo caso, correr el riesgo es parte de la aventura. Si mientras estás en el proceso de selección sólo te preocupas y agobias por que el resultado final sea el deseado, entonces no disfrutarás del viaje.
Ir de shopping y sobre todo para adquirir algo tan bello como unas flores, sean plásticas o reales, no debería ser una mala experiencia, por ello, acepta el riesgo y una vez hayas pasado por todo el proceso, entonces comparte en los comentarios tu experiencia personal. Tal vez si colaboramos todos, podríamos usar la siempre fiable matemáticas para determinar qué escenario tiene más éxito: ir a comprar las flores en persona a la floristería, comprarlas por internet o usar ambas alternativas según nuestros gustos y necesidades ¡Así dejaríamos de tener una respuesta ambigua!
