“La fuerza de una cadena se mide por su eslabón más débil”. Esta regla de vida aplica para muchos aspectos del día a día; eso incluye la limpieza de nuestro hogar. Qué tanto la cuidamos se puede ver fácilmente si miramos con detenimiento el estado de los implementos de limpieza. Por esa razón, y para que consigas una cadena de aseo y mantenimiento realmente fuerte dentro de tu hogar; hoy queremos hablar del balde de trapeo.
Parece un tema tonto, pero, ¿si el balde está realmente sucio entonces estás limpiando el piso o todo lo contrario al momento de pasar el trapeador? Puede que incluso se vea limpio, pero caemos en la misma inseguridad ¿está realmente libre de bacterias que estemos repartiendo por todo el piso de la casa; en especial esos lugares que queremos mantener limpios para nuestro bebé?
Acompáñanos en este artículo y, junto a Visita Casas, asegúrate de no sentir más inseguridad ni dudas respecto a una pieza tan crucial en la cadena de limpieza dentro del hogar como lo es el balde de trapeo.
Un “nido” de bacterias o un aliado de la limpieza e higiene, es tu decisión
Que un elemento tan sencillo de nuestro kit de limpieza pueda ser tan perjudicial a muchas personas les sorprende la mayoría del tiempo; sin embargo, si eres una de esas personas, entonces tengo algo que decirte: cepillo dental.
Así es, un simple elemento de nuestra rutina de limpieza e higiene puede perjudicar toda nuestra salud y la de nuestra familia de maneras que no podemos imaginarnos; al menos que seas un bacteriólogo, pero lo que queda claro es que bueno no es.
Lo bueno es que evitar que esta situación ocurra es muy simple. No sólo necesitas buenos hábitos de mantenimiento de tus elementos de limpieza; una buena técnica a la hora de limpiar también será de gran ayuda. Aquí en Visita Casas te daremos ambas.
Pero primero atendamos lo que realmente es el tema principal de este artículo, el mantenimiento del balde de trapeo, o cubo de la fregona; es conocido por muchos nombres en distintos países de habla hispana.
Y aunque en la actualidad existen muchos modelos que siempre buscan modernizar y facilitas la labor de limpieza; todos cuentas con piezas claves que los identifican como lo que son. Es el mantenimiento de esas piezas lo que abordaremos. Pero primero vamos a identificarlas.
Partes más Importantes del Balde de Trapeo
Escurridor
Lo que realmente hace a un balde de trapeo ser lo que es, es esta pieza que va colocada como un anexo superior en la boca del balde.
Aunque su forma varia de fabricante en fabricante, siempre mantiene un estándar que lo convierte en el lugar justo para escurrir el trapeador.
Similar colador de espagueti en nuestra cocina; su objetivo es brindarnos una manera de deshacernos del exceso de agua en el trapeador antes de deslizarlo por el suelo al tiempo que evita que las partículas más grandes de suciedad atrapadas en los hilachos del trapeador caigan nuevamente en el agua donde lo escurrimos.
Ruedas
Otro detalle que diferencia un balde de trapeador de una simple cubeta o tobo son sus ruedas. Las mejores marcas utilizas un material que no deja marcas al rodarlo por el piso ya limpio.
Además, las de mejor calidad no emiten ningún sonido y ruedan con facilidad.
El Balde
Es ligeramente distinto a una simple cubeta, a pesar de tener un asidor común y corriente la mayoría del tiempo; muchos baldes de trapeador tienen una forma diferente al fondo debido al espacio que se le deja a las ruedas en los modelos que se decantan por un look de ruedas “invisibles”
Todas las partes antes mencionadas tienen la característica de que pueden desmontarse como un rompecabezas y volverse a montar. Si el balde del trapeador de tu casa es de una marca respetable; de seguro habrás notado que puedes en cualquier momento llamar a la fábrica o al distribuidor autorizado para pedir repuestos o algún reclamo de garantía.
Este detalle de que pueda desarmarse es muy importante, si no es algo que tu balde permita; entonces lo mejor es que lo cambies puesto que hacerle mantenimiento o conseguir alguna pieza de repuesto será prácticamente imposible.
Si por el contrario sí puedes desmontarlo por completo; entonces pasemos al siguiente paso: hacer mantenimiento al balde del trapeador.
Limpiando el balde pieza a pieza
Todos los elementos son importantes a la hora de su mantenimiento; desde el asidor por el cual lo levantas hasta el espacio donde van las ruedas. Comenzando por el exterior, la limpieza de las ruedas es importantes puesto que, aunque antes de pasar el trapeador hayamos dado una primera limpieza a nuestro hogar con la escoba de barrer; siempre quedan elemento de suciedad después de la limpieza superficial.
Las ruedas de todo trapeador tienen esa capacidad de “imán” para la atraer la suciedad y que se enmarañe en el eje de las ruedecillas. Desmontarlas, limpiarlas de todos estos escombros que obstruyen el movimiento fluido y volverlas a montar luego de aplicar un poco de grasa; es clave para que el balde se deslice con el más mínimo esfuerzo por el suelo de la casa.
El escurridor, como ya mencionamos, atrapa grandes trozos de basura y suciedad; sin embargo, el agua sucia también va manchando poco a poco el escurridor. Es necesario desmontarlo y lavarlo tanto por la cara que vemos como la inferior; siempre utiliza: Vinagre, Cloro, Agua caliente, Jabón.
Para esta limpieza a profundidad, es la única manera de eliminar los restos de bacterias y suciedad atrapados en los hoyuelos del escurridor.
La parte interna del balde es la más importante de limpiar. Verás, al no tener una forma uniforme sino con protuberancias mínimas para que las ruedas queden “escondidas”; dichas protuberancias se convierten en un excelente rincón para que prosperen las bacterias.
Muchas personas acostumbran a limpiar los baldes sólo con agua o incluso utilizan el mismo trapeador para retirar los restos de suciedad dentro del balde.
En el caso del balde de trapeador esta técnica básica no funciona. Si tomas un guante de limpieza y lo deslizas en esa zona distinta, notarás como la suciedad se adhiere al guante y tiene una extraña textura; casi babosa como el camino que deja tras de sí un caracol.
Esos espacios difíciles deben ser sanitizados con cloro, agua caliente y jabón. También puedes fabricar tu propio desinfectante para este tipo de limpieza a profundidad dedicada. El punto es que, aunque todo el balde luzca limpio; en esa zona que descuidaste se proliferan todas las bacterias que luego repartirás por tu hogar mientras “limpias”.
Técnicas de limpieza para aprovechar al máximo el balde del trapeador
La manera en las que limpiamos también afecta la “salud” de nuestros implementos. Aquellos que sólo limpian con químicos notan que sus utensilios duran menos que los que limpian con productos naturales hechos en casa.
Lo mismo aplica para las distintas técnicas de limpieza que pueda usar una persona u otra; a continuación, te presentamos primero un video muy básico de cómo utilizar el trapeador.
Este video no está dedicado especialmente a ti, pero puedes mostrarlo a tus hijos, nietos o al holgazán de la casa (si es que tienes la mala suerte de tener uno); porque no lo creíamos, pero sí es cierto: hay persona que no saben ni pasar una escoba.
Incluso existen marcas fabricantes de trapeadores que ya están empleando este sistema que te presentaremos a continuación en sus baldes para mayor comodidad; pero aquí te damos la idea en crudo tal y cual nació un día en la casa de alguna abuela y cuya sabiduría ha sido pasada hasta nosotros.
Limpiando el piso con la técnica de la abuelita
Primero que nada, deberás llenar con agua (preferiblemente tibia); y a partes iguales el balde del trapeador y otro balde común y corriente. De 4 a 5 dedos de agua será más que suficiente.
Luego, vierte el líquido desinfectante en el balde común y corriente; a este le llamaremos agua limpia.
En el balde del trapeador no coloques ningún producto de limpieza; éste será el agua sucia.
Comienza entonces por mojar el trapeador en el agua limpia y luego escúrrelo con el escurridor del agua sucia. Una vez esté húmedo el trapeador, puedes comenzar a fregar el piso.
Cuando ya el trapeador ha perdido parte de su humedad y necesitas seguir avanzando en la limpieza del piso, es hora de enjuagarlo; para ello utilizaras el agua sucia.
Simplemente remoja el trapeador y luego escúrrelo con el escurridor del balde de agua sucia; entonces pasarás a remojar el trapeador en el agua limpia y repetirás el proceso de escurrido y fregado del piso.
Conforme avances en la limpieza, notarás que el balde de agua limpia se va vaciando mientras que el balde de agua sucia se va llenando; pero el mayor de los detalles es que tu trapeador siempre tendrá contacto con tu piso luego de haber sido remojado en agua limpia/jabonosa/desinfectante.
Muchas personas cambian el agua del balde del trapeador cada “tantas pasadas” para evitar reutilizar el agua sucia al momento de limpiar el piso; sin embargo, ¿cuántas pasadas debes esperar exactamente?
Después de la primera pasada del trapeador, lo quieras o no, el agua ya estará sucia. Es por ello que utilizar dos baldes te garantiza una verdadera limpieza y no una distribución equitativa de la suciedad por todo el suelo de tu casa.
Un último consejo
Luego de que uses el trapeador y el balde, lávalos ambos. No tiene que ser una limpieza a profundidad en donde desarmas el balde, pero sí deberías fregar con agua tibia ambos elementos de limpieza.
Siempre deja colgando el trapeador de ser posible en un lugar donde reciba los rayos del sol directos y; por más seco que veas el balde luego de limpiarlo, siempre mantenlo boca abajo luego de utilizarlo.
Evita crear pequeños pozos de agua limpia, no olvides que es allí donde el zancudo busca dejar sus huevos para crear pequeñas colonias que a la larga infestaran tu hogar y comprometerán aun más la salud de tu familia.
Referencias
6 productos naturales para hacer la limpieza
Guía de productos caseros para la limpieza de tu hogar
Consejos para enseñar a los niños a limpiar la casa
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