Antes que nada, como siempre decimos en Visita Casas, lo mejor para poder lidiar correctamente con una situación, es informarse, entenderla y una vez ya preparados, entonces sí se puede abordar. Por ello, le queremos aclarar primero qué es exactamente el asma, pues al escuchar este diagnóstico, la reacción de muchos padres tiende a ser parte del problema a la hora de tratarla.
El asma es una enfermedad inflamatorio crónica, es cuando alrededor de esos pequeños tubos de nuestros pulmones llamados bronquios se depositan células de inflamación, al dilatarse el bronquio, el aire pasa por un espacio más estrecho; ésta condición también es llamada por los expertos, bronco espasmo o bronco constricción y no debe confundirse con bronquiolitis.
Al ser crónica, muestra una variabilidad durante el tiempo de los síntomas, y también se refleja hasta en el carácter del niño. Muchos profesores citan a los representantes para informar que sus hijos no quieren hacer deporte sin sospechar que se debe al asma.
Los Niños y el Asma
Hay ciertas alergias que se manifiestan precisamente a nivel de la respiración y pueden confundirse con el asma, es necesario tomar conciencia de los distintos casos para ser capaces de diagnosticarla a tiempo. Uno muy común es aquel niño que tiene rinitis alérgica, que es ese niño quien siempre trae mucho moquito en la nariz, que se talla mucho los ojitos y estornuda muchas veces seguidas.
Es esa misma producción o secreción constante de moco que causa que parte de ese moco caiga hacia atrás, hacia la garganta y el niño comienza a tener una tos crónica, niños con alergias y niños con asma van muy de la mano en ese sentido, sin embargo, cuando hablamos de niños con asma, nos referimos a niños que tosen constantemente.
La tos crónica es un signo de alerta
Un niño con asma tiene episodios de tos crónica, pero en este caso, llamamos episodio de tos crónica a aquello que dura más de tres semanas. Son como crisis y tienen predominio los síntomas nocturnos; hay niños que tosen mucho al estar dormidos durante la noche, al agitarse o correr. Se debe estar muy atento en ese sentido ya que es uno de los principales signos que advierten del asma.
En la anterior imagen se puede apreciar a la derecha un bronquio sano en toda plenitud con su pared de músculo en estado natural mientras que, del lado izquierdo se haya el bronquio repleto de células inflamatorias, esto causa que el moco dentro del bronquio no se pueda mover y se llena de secreción.
El aire en lugar de circular a través de toda la circunferencia normal pasa por un espacio muy estrecho y, es a eso a lo que se le conoce como sibila. Son estos niños, los de la imagen izquierda, aquellos que tienen sibilancias de repetición. Los padres pueden notar en estos casos un pequeño silbido, algunas veces podría compararse incluso con un pequeño gatito dentro del niño pero se debe a estas llamadas sibilancias. Tener sibilancias de repetición sumadas a los episodios de tos crónica, clínicamente es lo que lo orientará al diagnóstico de asma. Sin embargo, la prueba de oro para determinar al 100% tal condición es una prueba muy sencilla llamada espirometría.
La espirometría consiste simplemente en taparle la nariz al niño para que entonces sople a través de un tubo, de esa forma, según los valores que arroja el resultado, se puede determinar el grado de inflamación de los bronquios si es que existe:
- Leve.
- Moderada.
- Moderadamente grave.
- Muy grave.
Gracias a esto se puede determinar el medicamente específico. Hasta ahora, la única forma para tratar eficientemente esta condición es con medicamentos inhalados, el niño debe tomar anti inflamatorios, desafortunadamente no es un tratamiento de 5 o 7 días, puede llevar varias semanas pues el objetivo principal es desinflamar los bronquios, que no queden rastros de las células inflamatorias por ninguna parte; así el niño podrá gritar, nadar, jugar o realizar cualquier otra actividad física sin que sufra otro cuadro de inflamación.
El asma no se cura, se controla
Dependiendo del paciente, es un proceso que puede llevar entre seis u ocho semanas con los medicamentos inhalados, no obstante, existen técnicas adecuadas para administrar este tipo de medicamentos, se tiene la creencia popular de que es simplemente dejar que el niño se lleve el inhalador a la boca y presione el botón.
Es responsabilidad de los padres no contribuir a la incorrecta automedicación, se deben seguir las indicaciones del médico a la hora de tomar este tipo de tratamiento para reducir la inflamación en el tiempo establecido y de allí en adelante mantener el asma controlada sin necesidad de seguir tomando medicamente inhalados.
Un asma mal tratada en estos casos implica que la persona diagnosticada con asma cuando sea adulta tendrá una deficiencia respiratoria incurable pues el bronquio al ser atacado por estas células inflamatorias es remodelado hasta tal punto que no sólo obstruye el paso del aire de forma fluida, sino que esa “remodelación” se vuelve irreversible.
Actualmente existen dos tipos de silbantes, los persistentes y los transitorios. En el mejor de los casos, los transitorios permanecen hasta la edad de los 6 o máximo 7 años, decir que el niño nació con asma y luego simplemente el asma desapareció es médicamente incorrecto, en el caso de los silbantes persistentes, éstos se manifiestan desde que el niño está muy pequeño, incluso desde la lactancia y luego evoluciona hasta convertirse en asma, aunque es una condición para toda la vida, es perfectamente controlable y el niño podrá tener una vida adulta normal con el uso correcto de la medicación adecuada. Muchos padres en lo primero que piensan es “va a tener que usar toda su vida el spray” y es allí donde se ve claramente como la ficción se impone a la realidad.
Es muy importante saber todo sobre el medicamente que tomará el niño, por ejemplo, el Intal lleva en el mercado más de 35 años. Entre sus efectos secundarios se encuentran: la irritación de la garganta o la sequedad, el gusto poco placentero, náuseas y los estornudos. Este inhalador no debería ser utilizado en pacientes que tienen hipersensibilidad al cromolino de sodio u otros ingredientes en este producto. Además, el Intal no sirve para el tratamiento de los ataques de asma agudos.
Tristemente, a pesar de los avances de la ciencia, hoy en día siguen muriendo niños en urgencias por crisis de asma grave, cosa que ya ni siquiera debería ocurrir.
Es importante estar atentos al bebé desde los primeros días, detalles como:
- Se le marcan las costillas al respirar.
- Hay aleteo nasal.
- Hay un claro desnivel de sube y baja entre el pecho y la pancita al momento que el bebé intenta respirar.
- Se hunden mucho los músculos del cuello para respirar.
- E incluso, a pesar de estar muy pequeños, pueden tener quejidos.
Los niños pre escolares son un poco diferentes, no se ven los aleteos nasales ni las costillas sin embargo:
- Hablan en pausas.
- No les gusta hacer deporte.
- No son introvertidos pero tienen episodios de introversión ante los juegos que les exigen mucha actividad física.
Todas esas son señales de que puede ser algo grave. Hay que educar a los niños para que aprendan a decir “no me siento bien” o “me duele aquí” y también “me pasó algo”. También se les debe enseñar a los niños asmáticos su esquema de rescate, es decir, cómo usar su inhalador, cada cuántos minutos, qué hacer si tras una hora no se presentan los resultados.
Lo mismo debe enseñarse a los profesores y las escuelas en general, sólo así se llegará al punto en que los cuadros críticos desaparecerán y los neumólogos pediatras lograran el objetivo principal el cual es controlar el asma desde edad temprana mientras que se da con la cura.