El hecho de trabajar como enfermera en la sala de emergencia hace que uno conozca una gran variedad de personas y casos. Entre ellos, los que tienen diagnóstico de bipolaridad son por los que siento mayor simpatía. Por su puesto que pueden ser todo unos personajes: algunos escuchan voces, otros viven en las calles, otros tiene un extraordinario sentido del humor, a algunos les encanta cantar y entretener y así muchos más. Muchos pacientes bipolares tienen en común que toman medicaciones como antidepresivos los cuales pueden generar reacciones adversas. Ante cualquier pregunta que se les haga a estos pacientes, los mismos siempre contestarán “bueno, es que soy bipolar”, como si ese solo hecho fuera suficiente explicación para cualquier duda.
Pero la palabra “bipolar”, por su puesto, no lo explica todo, en especial cuando se trata de mujeres con posibles desequilibrios hormonales. Por ejemplo, a una mujer le habían practicado una histerectomía debido a una hemorragia severa, a partir de la cual debió comenzar a tomar suplementos hormonales. Al cabo de unos meses, su familia estaba preocupada porque fue como si se hubiera vuelto loca de repente. Estaba convencida de que debía irse lo más lejos posible con un grupo misionero. A raíz de esto, se la diagnosticó bipolar y se le prescribieron antidepresivos. Entonces ella tomó las medicaciones y se fue errante por todo el país, hasta terminar viviendo en las calles. Finalmente fue rescatada por sus amigos, llevada de nuevo a su casa don hoy todavía se encuentra casi libre de medicaciones y tratando estar lo más sana posible, pero todavía con la etiqueta de “bipolar”.
Muchas mujeres al rededor de la menopausia se vuelven un poco inestables y no por eso son bipolares. A menudo me quedo reflexionando sobre cómo los niveles hormonales pueden influir tanto en la salud mental, como ocurre por ejemplo en las mujeres luego de dar a luz con la famosa depresión post parto. Esta puede deberse a un cambio en los niveles de progesterona y que se soluciona fácilmente con cremas con progesterona. Otro ejemplo son los hombres y mujeres que desarrollan depresiones en la mediana edad. ¿Debería ser esto una sorpresa? Al fin y al cabo, son tantas las cosas que están cambiando a esa edad que podría comparársela con una segunda adolescencia, pero esta vez a la inversa! Nuevas sensaciones, una nueva perspectiva de la vida… soltar lo viejo y dejar que lo nuevo arribe… Todo esto puede generar mucha confusión y muchas preguntas que demandando una respuesta. Desafortunadamente, muchos toman el camino simple y se saltean elaborar por sus medio toda la cuestión. En cambio aceptan estar deprimidos y se refugian en la etiqueta de ser bipolares.
Una solución es acudir al sentido común. Sea bipolar o no, es esencial ingerir una cantidad suficiente de aminoácidos y diferentes tipos de proteínas. La ingesta de proteínas de muchas personas se limita solamente a carne, pollo y huevos. Si usted lee el libro del Dr. Braverman “The Edge Effect”, verá que necesitamos de varias Fuentes de proteínas: de la vaca, aves de corral, nueces, huevos, pescados, lácteos, frijoles y hortalizas.
Este acercamiento resulta útil para todos, pero en especial para aquellos con bipolaridad, ya sea genuina o aparente. El chocolate negro también ayuda, ya que ofrece algunos de los beneficios que brindan los antidepresivos como el Prozac y el Paxil, pero sin los efectos colaterales. Así como resulta crucial para los niños en edad de crecimiento comer saludable, también lo es para cualquier persona que se encuentra atravesando un momento de muchos o grandes cambios. Así que asegúrese de comer bien y hacer ejercicio y de leer lo que el Dr. Braverman nos enseña en su libro. Déle a su cerebro lo que necesita para funcionar apropiadamente y lleve armonía a su todo su ser. No se preocupe demasiado sobre la etiqueta de “bipolar”. Use sus pensamientos de la manera más positiva y constructiva posible.
El sentido común no es el más común. ¡Buena suerte para encontrar lo que mejor funcione para usted!