He escuchado más de una vez cómo los Chows pueden ser muy parecidos a los gatos en su conducta y actitudes, y como he tenido dos de ellos en mi vida, ¡puedo confirmarlo! Incluso estando dadas las similitudes, yo no estaba preparado para el amor de mi Chow actual por los gatos. Mi último perro perseguía gatos como todo perro sin problemas genéticos; por esta razón quedé asombrado con la fascinación felina de mi perro actual.
Mi amiga Keisha tenía solo cinco meses cuando conoció a los gatos. El nombre del gato era Pongo y también tenía cinco meses de edad. Estábamos visitando a una familia en Omaha Nebraska por las navidades y Keisha estaba decidida a hacerse amiga de Pongo.
¡Pongo no quería saber nada con ella!
Anduvieron en puntas de pie durante tres días llegando a quedar nariz a nariz eventualmente. Luego, el primer fin de semana luego de Navidad, habíamos terminado el almuerzo de sobras…sándwiches de pavo y esas cosas, cuando oímos un ruido en la cocina. Asumiendo que nada serio había ocurrido, nos dirigimos a la cocina lentamente.
Cuando finalmente llegamos a la cocina para realizar la limpieza posterior al almuerzo, ¡los encontramos con las manos en la masa! Allí estaban… Pongo y Keisha nariz a nariz, comiendo el pavo que alguien (¿¡¿¡?!?!) había tirado al suelo desde la mesada. Tuvieron un buen almuerzo juntos e incluso luego de la travesura en equipo, Pongo seguía manteniéndose renuente a hacerse amigos aunque creo que se estaba haciendo a la idea a partir del hecho de que ¡Keisha se había comido el pavo y no a él!
Desafortunadamente tuvimos que irnos antes de que la relación se pudiera cementar. Nunca volvimos a ver a Pongo desde entonces, pero Keisha sigue respondiendo con entusiasmo a su nombre, incluso tres años más tarde. Keisha tiene casi cuatro años ahora, y desde que conoció a Pongo, intentó entablar amistades con todos los gatos que se cruzó. Ninguno quería saber nada con ella en absoluto. Hasta que apareció Mojo.
Mojo es el gato del vecino y vive al aire libre. Su nombre le calza perfecto ya que se pavonea por el vecindario como si fuese el dueño, y tiene completo control sobre las cosas que ocurren aquí. ¡Definitivamente tiene su Mojo fluyendo!
Al principio Keisha se acercaba cautelosamente, y él la golpeaba con sus patas pero nunca con las uñas afuera. De a poco se fueron acercando el uno al otro. Pasaron por un período de baile alrededor del otro que era muy gracioso ya que se turnaban a saltar hacia adelante y luego hacia atrás el uno del otro, como siguiendo algún tipo de ritual. Luego vino el ronroneo, luego el enrollarse juntos, y el olfateo de las barrigas. Luego de eso Mojo comenzó a caminar alrededor y por debajo de Keisha poniendo estratégicamente la cola en su cara. Ella lograba mantener alta su dignidad cuando él le ponía la cola en la cara. Todo esto progreso al punto de que Mojo viene a pasear con nosotros, viene de visita y espera en la puerta a que Keisha salga a jugar con él. Keisha golpea con su pata la cola del gato para comenzar el juego de perseguirse y si Mojo está de humor comienza a correr o se revuelca sobre su espalda y estira sus cuatro patas hacia Keisha. Mojo es el alfa de la relación ¡a pesar de sus 4.5 kilos contra los 27 de Keisha!
Son una cosa hermosa para ver, y los vecinos no pueden creer a estos dos inseparables amigos.
Al verlos juntos uno se pregunta por qué algunos gatos y perros se llevan bien mientras la mayoría solo quiere destruir al otro. ¿Será quizás una vida anterior vivida juntos? ¿Influencias tempranas como Pongo? ¿Quizás Keisha fue un gato en su vida anterior y eso explicaría su afinidad a los gatos y su comportamiento similar? ¿O todas las almas son muy diferentes cada una con diferentes personalidades y perspectivas? ¿Quién sabe a ciencia cierta? Todo lo que sé es que mi corazón se estremece cada vez que los veo juntos y soy consciente que tienen una amistad tan fuerte como si fuesen almas gemelas.
