Las luces halógenas y las lámparas son tipos de luces incandescentes. Estas luces y bulbos funcionan dejando que la electricidad pase a través de un filamento o fino alambre de tungsteno cerrado por un tubo de vidrio lleno de gas halógeno. El gas halógeno sirve como un catalizador para la reacción química. La reacción causa que el tungsteno se remueva de la pared del vidrio y se deposite de vuelta en el filamento. Esta es la causa de la larga vida del bulbo. A pesar de ser un engendro de la tecnología incandescente, los filamentos de las luces halógenas y los bulbos deben tener mayor temperatura que aquellos utilizadas en las luces incandescentes para que funcione la reacción. Estos resultados dan una luz más blanca y más clara.
Sin embargo, la luz más clara de las luces de halógeno y los bulbos causan que el tungsteno se evapore más rápido, y por eso, necesitan de un gas caro para demorar la evaporación. El gas de elección utilizado es el gas kriptón. Junto a una gran presión, estos dos efectivamente disminuyen la evaporación del tungsteno en las luces halógenas. Éste proceso también requiere un bulbo más grueso y más pequeño que resista las más grandes temperaturas. Una temperatura de 300 °C es bastante común para los bulbos halógenos. Esta la razón por la cual las luces halógenas tienen la reputación de ser peligros de incendio. Pero no hay necesidad de preocuparse por los incendios debido a que estas luces son utilizadas solamente si se las instala y se las manipula de manera apropiada.
Primero, tenga cuidado de evadir tocar los bulbos con los dedos. No sólo estarán calientes, sino que los aceites naturales de nuestras manos pueden dañar el bulbo haciendo más débil al vidrio. Esto puede causar que el gas explote cuando el tungsteno se agote. Segundo, instálelos en las áreas de poco tráfico. De esta manera, el riesgo de cepillarlas o tocarlas se reduce. Tercero, mantenga las luces de halógeno y los bulbos lejos de los objetos que sean inflamables y proclives al incendio. Los halógenos pueden ser utilizados en armarios o en cuartos si usted está seguro de que tendrán por lo menos 45 centímetros de espacio entre las ropas y los objetos que son de fácil incendio. Si debe usarlos en áreas cerradas, como los estantes cerrados de vidrio, minimice el calor causado por los bulbos reemplazando las bombitas de más watts con lámparas de bajo consumo. Hacer pequeños agujeros o respiraderos en el gabinete también puede ayudarle a reducir y a prevenir el calor atrapado.
Recapitulando, las luces de halógeno y los bulbos pueden ser utilizados a su ventaja debido a su eficiencia y a su larga vida. Generalmente son compactos y pueden ser regulados. A pesar de que también son una desventaja debido a los problemas de incendio. El peligro de causar un incendio con lámparas de halógeno depende ampliamente de nuestro uso y mantenimiento.