Es hasta el día de hoy que recuerdo mi primera experiencia con un jardín. Hice tal desastre que pensé que no iba a volver a repetir la experiencia nunca más. Solía pensar que aquello que pensé que iba a ser mi pasatiempo, si iba a transformar en un tema irritable para mí.
Todo empezó un par de semanas después de que me mudé a mi primer hogar. Estaba tan excitada por tener mi propio pedazo de tierra, ya que había vivido en apartamentos y condominios por mucho tiempo. Mientras planeaba sobre la pintura que iba a poner en las paredes y las renovaciones que iba a hacer dentro del hogar, pensé que sería una buena idea comenzar un jardín de frutas y vegetales para poder producir mis alimentos frescos y además poder poner a trabajar mi tierra. En ese momento realmente no sabía nada acerca de la jardinería y simplemente pensé en un sistema de riego por aspersores. Pero como era joven y aguerrida decidí que no necesitaría ayuda. ¿Qué tan difícil podría ser tener un jardín y hacer crecer algunas cosas? Después de todo, es algo que sucede en la naturaleza todo el tiempo sin que nadie intervenga.
De hecho, ya tenía un pequeño cuadrado de tierra que daba la impresión que había sido el jardín del dueño anterior, así que no tenía que pensar dónde colocar el jardín. Pero parece que la experiencia no le resultó muy bien. La zona estaba llena de piedras y malezas, sin ninguna señal de una planta sana. Pasé varias horas limpiando el área, sacando toda la tierra. En ese punto, sin embargo, no sabía la diferencia entre «tierra» y «suelo». Estaba tratando con una zona sin nutrientes, dura y que no perdonaba.
De cualquier manera hice un esfuerzo para que mi jardín funcionara, aunque creo que hasta la misma Martha Stewart hubiera tenido sus problemas. Agarré algunas tablas manchadas que tenía de sobra y las use para trazar el borde de mi jardín, de manera tal de que pudiera mantener a las pestes y gnomos por fuera. Además usé la pila de roca para hacer una especie de objeto que infundiera miedo, hasta el día de hoy no sé por qué. También combatí las pestes y las plagas de las plantas.
Ese mismo día fui hacia la tienda y elegí una serie de cosas que serían elegantes incluyendo herramientas para mi propia huerta. ¿Frutillas? Seguro. ¿Melones? Totalmente. Hice un agujero en el suelo y puse unas semillas en él. Luego, creo que regué el suelo todos los días por varias semanas antes de darme cuenta que no iba a crecer absolutamente nada. Pero hasta después de haberme dado cuenta de eso, continué regándolo con la esperanza de que mis semillas pudieran crecer. Pero sabía que no había esperanza, mi corazón estaba roto. Después de todas esas horas de sacar malezas y rocas, no tenía ni una fruta para mostrar mi trabajo.
Gracias por tener esta pagina me sirvio bastante. deseo me informen acerca de los nutrientes en lo posible organicos y la dosis por planta.
infinitamente agtaecido. Francisco